El Templo de Zeus Olímpico (también conocido como Olimpeion) es un templo situado en Atenas sureste de la Acrópolis.
Su construcción se remonta hasta el siglo VI a. C, finalizando durante el reinado del emperador Adriano en el siglo II.
Fue el templo más grande de Grecia en épocas helenísticas y romana.
Fue construido en mármol blanco, medía 96x40 m. Poseía 104 columnas, cada una de ellas contaba de 17 metros y alto; 48 de ellas estaban colocadas formando tres filas bajo los frontones y las 56 restantes se situaban en filas dobles a los lados del templo.
Es un templo en el que podemos observar rasgos del orden corintio, más elegante y decorado que los demás órdenes arquitectónicos., aunque guarda un cierto parecido con el orden jónico, debido a que tanto basa (pieza de apoyo) como fuste (tronco de la columna, de sección circular), no presentan diferencia alguna, ambos son esbeltos y estriados, de basa cuadrangular. A diferencia del jónico, el capitel corintio es más extenso, y posee hojas de acanto, cuyos tallos acaban en una especie de volutas (espirales) en las cuatro esquinas.
El entablamento, tiene la mayoría de características que los demás órdenes.
Esta formado por el arquitrabe, que se encuentra sobre el capitel de las columnas, con bandas escalonadas, al igual que el orden jónico.
El friso es una no posee metopas ni triglifos, y se encuentra adornada con una tanda de figuras en relieve. Se encuentra sobre el arquitrabe.
Estas son las características principales de los templos corintios, las que en su día formaron parte del templo, del que solo podemos observar parte del peristilo de columnas que lo componían que aún siguen en pié, y varias columnas, derribadas, en la que podemos observar como al destruirse, se separan las partes que componen la columna.
La construcción del templo no llego a finalizarse debido a que durante la democracia griega se pensó que se transgredía contra el orgullo de la ciudad construir una obra de tales dimensiones.
Tiempo después, se reanuda el trabajo, cuando Antíoco (rey helenistico) contrata al arquitecto romano Cossutius. Con la muerte del rey, el trabajo vuelve a paralizase.
La construcción del templo fue retomada por Adriano, en el siglo II, hasta su finalización.